Brasil, decime, ¿qué se siente
tener en casa a tu papá?
tener en casa a tu papá?
Te juro, que aunque pasen los años
Nunca nos vamos a olvidar
Que el Diego los gambeteó
El Cani los vacunó
Van llorando desde Italia hasta hoy
A Messi lo van a ver,
la copa que va a traer
Maradona es más grande que Pelé
-Canto de la hinchada argentina
-Canto de la hinchada argentina
Ezequiel Abdala - @eaa17
Llora por ti, Argentina. Porque oportunidades como
estas no se vuelven a repetir nunca más en la vida. Porque pasarán décadas y tal
vez siglos antes de que 'una chance' remotamente parecida se te presente otra
vez. Y no por el Mundial, que ya podrás ganarlo nuevamente. Es por Brasil, por
el Maracaná, por poder escribir con tinta indeleble en el libro de tus glorias
el nombre de ese estadio sagrado y maldito, fuente de leyendas inmortales y
cementerio de héroes caídos.
Llora, Argentina. Porque estuviste cerquita de darle a
Brasil la estocada final, el tiro de gracia. Porque Alemania lo noqueó, pero el
'fatality' era tuyo. El 7-1 no se les olvidará fácil, pero que tú quedaras
campeona en el Maracaná hubiera sido el hierro hirviente que les sellaría en el alma y para siempre la marca del “Decime qué se siente…”.
Sí, Argentina, llora, porque estuviste a dos goles de
escribir la nueva gran leyenda de tu historia, de complementar el mito
fundacional de Maradona 86, de darles a tus hijos de estas generaciones, que
viven de un pasado que no fue el suyo y de unos goles que no cantaron, la
hazaña de enorgullecerse y alardear, por fin y para siempre, de algo que vieron
y no les contaron.
Ay, Argentina, llora. Porque Messi de Maradona solo
tiene la primera M y poco más. Porque a Lio algo le pasa, que cada vez aparece
menos. Porque volvió a vomitar en el juego grande, donde estuvo más bien
chiquito. Llora por Higuain, Argentina, que parece condenado a sorprender al
mundo con yerros imposibles de goles más que probables. También por el Kun, ese
pecho frío de Siberia. Y no te olvides de llorar por el Apache Tevez, por
Carlitos, al que no convocaron y que quizás, en la chiquita, hubiera resuelto
con garra.
Llora y no pares, Argentina. Porque Götze te sentenció
con un gol precioso, inmaculado, irrefutable. Porque fue una genialidad irrepetible
e irremediable de un jugador con cara de niño. Porque llegó muy tarde como para
poder hacer algo. Llora por ti, Argentina. Porque esta tristeza, ya lo dijo
Mascherano, va a ser de por vida. Casi alcanzas la gloria, y en segundos se
volvió nada. Hay que llorar, Argentina, porque lo que perdiste no fue solo un
Mundial, sino el Mundial de tu historia.